Marihuana, la genial dioica
La planta de cannabis es conocida por sus múltiples usos y propiedades, pero quizás uno de sus detalles más destacados y poco reconocidos, es que es una planta dioica, claro que sí. Esto significa que tiene ejemplares separados de sexo masculino y femenino, lo que la diferencia de muchas otras especies de plantas que son monoicas (tienen flores macho y hembra en la misma planta, aunque esto es cosa que puntualmente si puede pasar con la marihuana) o hermafroditas (tienen flores con órganos sexuales masculinos y femeninos, caso que también se puede dar con plantas de cannábis).
En las plantas dioicas, cada individuo es exclusivamente macho o hembra, lo que se refleja en la morfología de sus flores. Las plantas masculinas producen flores con órganos reproductores masculinos, llamados estambres, que contienen polen para fertilizar a las plantas hembra. Por otro lado, las plantas femeninas desarrollan flores con órganos reproductores femeninos, llamados pistilos, que contienen los óvulos y reciben el polen para la fertilización.
Interesantes detalles porta esta apreciada planta, todo el que la cuida bien puede saber de sus matices y beneficios. Muchos y cada vez más, escogen alimentarla al detalle para autoproducirse sus flores y no depender de terceros, e incluso bastantes ya escogen hacer sus propios cruces y selecciones, motivados por esta planta dioica que lo permite.
Esta rareza es esencial para la reproducción de la planta y para garantizar una amplia variabilidad genética en la especie. También tiene ventajas prácticas para los cultivadores, permitiéndoles un mayor control sobre su cultivo y asegurando la producción de cogollos sin semillas. La marihuana es realmente una planta fascinante en todos sus aspectos, y su condición como planta dioica es solo una de las muchas curiosidades que la hacen tan interesante.
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